domingo, 16 de diciembre de 2012

HASTA OTRA...




Querido Perú:

Llevo bastante tiempo, alrededor de dos semanas, planificando y desechando posibles ultimas entradas de, este, tu blog, mi blog. Supongo que son demasiadas las cosas vividas en tus carnes, en mis carnes, que quiero rememorar, tratando, así, de poner un colofón acorde con este capítulo de mi vida; acorde con las gentes, tus gentes, de las que me dejaste disfrutar. Experiencia sin igual, que apunto esta de finalizar. Sensaciones; momentos; visiones; acciones y sonrisas, sobretodo, sonrisas, que atropelladas en las puntas de mis dedos provocan, en mi, cierta esterilidad literaria. Párrafos que han ido llegando, a mi mente, en momentos inesperados y que se han ido ausentando, fugazmente, cuando me despistaba. Hoy, a pocas horas de verme marchar, decidí que me despediría de la manera mas sincera, sobre la marcha, sin esquemas previos, sin temática pre-establecida. En mi despedida, te escribiré lo que siento y como lo siento.

Bien sabes que soy un nobel en el mundo de la letra. Conoces, de sobra, que fue gracias a ti por lo que me embarque en este desafío literario. Un recién llegado que comete numerosos errores al redactar y que, quizá, no es lo suficientemente explicito al hablar. Eres conocedor que con cada escrito, que te dedicaba, iba sumando experiencia; iba tratando de mejorar, para conseguir acercar tu esencia al, interesado, lector. Con el tiempo fui consciente sobre los temas que pudieran hacer mas mella en el receptor; con el paso de las entradas, descubrí que sentir cierta acongoja en la garganta era, o podía ser, sinónimo de lectura interesante. Hoy tengo esa acongoja.

Cuando se está siendo dominado por ese nudo en la garganta propio, de nacimientos y funerales; decepciones y alegrías; y sobretodo, principal protagonista de despedidas. Uno debe abrir su grifo emocional dando rienda suelta al sentimiento y pensamiento que lo aflige o lo alegra.

Hoy, en el día que me despido de ti, no puedo sino evaluar mi estancia aquí. Echando la vista atrás tengo que, en estas pocas horas, decidir si, verdaderamente, te conocí; decidir si conocí a tus gentes; tus costumbres; tus culturas; tus realidades sociales. Me gustaría reconocer que si, pero eres un territorio demasiado basto como para descubrirte por completo. Aun así, me voy muy satisfecho.

Sabes, de sobra, que mis inicios por aquí no fueron nada aragüeños. Yo te soñaba verde y selvático; te soñaba escarpado y montañoso. Me sorprendiste amarillo, llano y desértico. Pero, a ratitos, te fui conociendo.

Descubrí que los ladrillos de abobe de tus casas, escondían, en su interior, historias y vidas, ricas en humanidad. Tesoro, de gentes, que, sintiéndolo mucho, dejan en mal lugar a tus productivas, y extranjeras, minas de oro y plata. Porque si algo he aprendido, en tu compañía, es que la vida se compone de pequeñas satisfacciones inmateriales. Pequeños detalles incomparables a la fugacidad de lo obtenido a golpe de billetera. Porque, contigo, aprendí el valor real de una, pobre, sonrisa infantil; de un, anciano, relato vital; de una bienaventuranza de un bienaventurado. Contigo aprendí que un nombre, mi nombre, tiene mayor significado cuando surge de bocas que, hasta hace pocas semanas, desconocían de mi existencia.

Descubrí, que tu severo clima norteño castiga duramente la piel de tus gentes; las quema sin hacer distinción de edades, géneros, salarios o nacionalidades. Quizá tu Sol, esa estrella que no da tregua, provocó que la generosidad y hospitalidad de tus gentes haya evolucionado hasta situarse como en pocos lugares. Tiempo ha que te comenté que en no muchas latitudes se ofrece un avituallamiento; un descanso; una sombra, al peregrino extranjero.

Porque eso somos, peregrinos que vienen y van. Personas a las que, entusiasmadas, ves llegar y que con cierto aplomo y penuria dejas marchar. El peregrino, a varios metros de altura, te va despidiendo con la mirada, a través de la escotilla del avión. Va, poco a poco, despertando de un sueño, que le lleva sin retorno a su conocida realidad. Y te nos vas quedando atrás, recibiendo, con brazos abierto, a unos, y despidiendo, con pañuelos, a otros. Pero tú siempre quedas. Permaneces con tus realidades y con tus problemas; con tus necesidades y tus pobrezas.

Supongo que quienes marchamos, tenemos esa sensación de haberte utilizado para mejorar nuestras existencias; para desarrollarnos como personas. Quienes te dejamos, pensamos que no hemos sido justos contigo, que deberíamos haber trabajado mas, haber descansado menos. Es por eso que, para sentirnos mejor con nosotros mismos, te dejamos un trozo de nuestro corazón. ¿Qué ironía no? Como si no tuvieras bastantes que salvaguardar y arreglar ya.

Estoy seguro que este es solo un hasta luego. Sabes que tengo que visitar tu, turístico, Sur. Así que, hasta que llegue ese momento, por favor, trata a tus gentes como nos trataste a nosotros; cuida de ti como nos cuidaste a nosotros. Por favor, Perú, lucha por ti y por  quienes hacen de ti un lugar inigualable.

Te echare de menos


Luis


P.D. Porque quizá, durante estos meses, todo esto haya sido solo literatura para engancharos a mi experiencia. Porque quizá solo haya valido para ganarme algún que otro "mierda un peor".  El caso es que, en este blog, he escrito lo que quería escribir…así que sin duda la última canción debe ser esta...



domingo, 9 de diciembre de 2012

PROYECTO III: BAILE SIN VICIOS NI BASURAS




Los estereotipos, o juicios de valor, son aquellos pensamientos que, movidos por el desconocimiento, el miedo o la autodefensa, sacamos a la palestra con el único fin de experimentar cierta superioridad, en la totalidad de los casos inexistente, frente al sujeto en cuestión. Dichos sentimientos se pueden ver acrecentados por numerosas variables. Infinitos y vanales motivos que trasforman la figura del igual en persona non grata, invisible y digna de rechazo. Colores de piel, vestimenta, lenguajes, étnias, situaciones geográficas…degradan a la altura mas ínfima, a una de las mayores excelencias de la evolución animal, el hombre.

Hoy, y para terminar estas entradas relacionadas con la labor que he estado realizado, hablaré sobre el último proyecto en el que trato de arrimar el hombro; dicha actividad tiene por protagonistas a, según estereotipos y prejuicios, lo peor de lo peor de Trujillo. Este es el proyecto que inicialmente iba a desarrollar en mi estancia peruana. Hoy, quien les escribe, hablará sobre “PISTA DE BAILE SIN VICIOS NI BASURAS”.

Para situar al lector, y hacerle conocedor, de la actividad. Destacar que el proyecto busca desarrollar las capacidades artísticas y empresariales de un grupo de jóvenes, que mediante el baile, en su modalidad de Break Dance, tratan de  esquivar situaciones de cierto riesgo social. Un sueño que, en palabras de la coordinadora, se inició hace ya mas de un decenio.

A cualquiera que conozca a este, intento de, voluntario, rápidamente le surgirá cierta confrontación de ideas. Contradicciones, al asociar la actividad de baile con mi persona. Podrán surgir ciertos comentarios jocosos e incluso se podrán hacer hipótesis acerca del hecho de si una escoba es capaz de mover algo mas la cintura. De hecho, aun sigo recordando ese “mierda, ¿que tratas de hacer?” que vino a mi mente, en el mismo instante, cuando trataba de hacer mis primeros pinitos en el mundo del break. Inicios en el baile que, por suerte para mi físico, durarían poco; así que no esperen ningún tipo de piruetas a mi vuelta.

Bien es cierto que mi labor con ellos, en ocasiones, ha sido testimonial. Supongo que,  hasta cualquier parte de este, globalizado, mundo llegan las zarpas caprichosas del temido señor Don Dinero. Una ausencia económica,  tal, que provocó que se quedarán en el tintero innumerables talleres y actividades que, quizá, me hubieran hecho desempeñar una labor mas prolífica.

Asi que, después de todo esto, el lector, a veces curioso, se pregunte, ¿de que sirvió tu estancia entre ellos? Es probable que, con el paso del tiempo, para ellos solo fuera ese gringo alto y barbudo que, calentando una silla, acudía a verlos ensayar. Quizá, con los meses me recuerden, vagamente, como aquel Lucho o “gilipollas gilipollas”, disculpen la expresión. Sin embargo, a mi, me ayudó a llenar, un poquito mas, si cabe, mi casi repleta mochila de experiencias.

Quien escribe no es bailarín; quien escribe no es crítico de baile; quien escribe apenas es capaz de bailar, a ritmo de Paquito el Chocolatero, hacia delante y hacia atrás. Quien escribe, solo, es un trabajador social que trata de conocer las realidades sociales que percibe. Unos chicos que pudiendo haber elegido un camino mas acorde con sus entornos, en ocasiones complicados, decidieron hacer del baile un estilo de vida; de un grupo de amigos su familia.




El espectador, en sus ensayos o actuaciones, puede presenciar saltos, acrobacias, piruetas, movimientos acompasados por la música. A ojos del trabajador social, o de cualquier persona que este dispuesta a observar, se ven lazos de unión, saludos afines, empatías mutuas, situaciones cómicas e, incluso, insultos graciosos, que provoca que, en un grupo de amigos, se vayan forjando los vínculos propios de una familia. Donde un brillo de ojos distinto, un gesto fácil poco habitual o unos pasos de baile poco comunes, pueden ser señales de problemas personales. Pilares donde sostenerse cuando las cosas no van bien. Y, si bien es cierto, a todos nos suceden penurias, esos si, puntuales,  por aquí la tristeza y la necesidad tienen ese, extraño e ingrato, objetivo de querer ser siempre las protagonistas principales.

Cuando, dentro de un tiempo, recuerde a estos dreakdancers; a esta familia procedente, según los propios trujillanos, de la peor parte de la ciudad, siempre los recordare con una sonrisa en la boca,  rememorando la frase que uno de ellos me dijo “nos gustan los voluntarios como tú, porque vienen acá portando su corazón humilde”. Y, a menos que alguien la supere, será la frase mas bonita que mis oídos nunca escucharon.


“Todo el mundo tiene talento, solo es cuestión de moverlo”

George Lucas, Director de Cine


Siempre me enorgulleceré de haberlos conocido. Porque ustedes tienen mucho mas talento del que el, ciego, espectador ve en las piruetas.


Quizá todo esto sea solo literatura para enganchar a la gente a mi experiencia. Quizá todo esto solo valga para ganarme algún que otro "mierda un peor".  El caso es que he escrito lo que quería escribir


Haciendo el peor desde Huanchaco

Luis


P.D. Porque fue y es una de las canciones mas bailadas en los ensayos...y aunque ellos no sepan que el mejor café se bebe aquí en Perú, la canción de la semana va para…




lunes, 3 de diciembre de 2012

ECHANDO EL CIERRE




Poco antes de echar el cierre a este, mi antepenúltimo, domingo en Perú. Cuando las agujas del reloj juguetean pensando, indecisas, si dar inicio, o no, a un nueva madrugada; Cuando el tiempo, nos, recuerda lo implacable que es con el futuro; Cuando el mañana se hace ayer. Cuando la acongoja va tomando lugar preferencial en el nudo de la garganta. Uno comprende que, antes que sea demasiado tarde, debe ir comenzando a echar el cierre a esta aventura. Debe ir recopilando, en su retina, todos esos momentos vividos para, siendo justo, tratar de despedir, de la mejor forma posible, este sueño que esta a punto de desvanecerse.

Como si de la vida, misma, se tratase uno llega aquí solo y solo se marchará. El voluntario se convierte en ese bebe barbudo que apunto esta de afrontar una nueva vida, con fecha de caducidad. Una vida llena de nuevas experiencias, nuevas sensaciones, nuevas relaciones, nuevas amistades, nuevos caminos con nuevas piedras con las que tropezar.

El bebe, con el paso de los días, experimenta y crece. Ve como su inexperiencia y miedo, se tornan en curiosidad e inquietud adolescente. Fase, que desemboca en la madurez y seguridad del que se sabe conocedor de todo lo conocible; de quién se cree dominador de situaciones que apenas puede abarcar. Y llega la vejez, la etapa cercana a la caducidad final, donde, el otrora bebe, solo es capaz de recordar tiempos pasados, hipotecando, así, los escasos días que le separan del ocaso. Solo puede poner esa sonrisa bobalicona tratando de rememorar lo irrecordable, tratando de sentir lo sentido, soñando con volver a vivir algo que se le escapa de entre los dedos.

El viejo, sentado en su silla del tiempo, va viendo desfilar a otros tantos como él. Muchos jóvenes, viejos, que poniendo punto y final a esta vida, dan el salto a otra nueva. Personajes que, como ladrones, le extirpan, egoístamente, cierta parte del cuerpo. El anciano ve como, sin querer, se va diluyendo y fraccionando por la inmensidad del mapamundi.

Echando una mirada hacia atrás, uno intuye lo caprichoso que es el azar. Suerte que se alinea de su parte demostrando, así, que solo da la espalda a quienes no gastan ni un ápice de tiempo en ir a buscarla. Una decisión, un dinero, un vuelo, un pueblo, una fecha. Cumulo de circunstancias, previas a una vida, que desembocan en los recuerdos, en la actualidad.

El anciano, viendo la película de su vida, descubre que quién hace, realmente, de una vida algo de provecho; quién, realmente,  provoca cierta pena en sus despedidas, es toda aquella gente con la que pasa momentos singulares. Trabajos, risas, bromas, cervezas, cafés, uñas de gato…

El tiempo no es indiferente a nadie. Todos terminamos, derrotados, hincando nuestras rodillas en la arena. Todos acabamos desfilando de esta vida, volviendo a la nuestras situaciones cotidianas, nuestras realidades, despertando de nuestros sueños. El dilema, de quién esta a semanas de partir, es si sería, o no, mejor ser uno de los que marchan primero o de los que aguantan en el barco hasta que se hunde. ¿Es mejor tomar un pañuelo y despedir?  O ¿mirar a la familia que se deja atrás y ser despedido?

Dentro de pocas horas partirá, al igual que otros hicieron ya, un miembro de mi familia peruana. Un hecho que rompe la trinidad, existente, de apoyo mutuo. Una compañera de mesa y de trabajo que logro tirar abajo mi, ridícula y estereotipada, teoría Canaria.

Porque ya lo dijo uno de los dueños de mi apellido “a mi no me da pena dejar esta vida, me da pena dejar a mi familia”


Quizá todo esto sea solo literatura para enganchar a la gente a mi experiencia. Quizá todo esto solo valga para ganarme algún que otro "mierda un peor".  El caso es que hoy he escrito, realmente, lo que quería escribir


Haciendo el peor desde Huanchaco


Luis



P.D. Simplemente porque mis dedos solo escribían al ritmo de esta canción





domingo, 25 de noviembre de 2012

PROYECTO II: CASITA DE MADERA




En la mayoría de los casos, cuando el europeo, con interés en prestar su tiempo y apoyo, imagina, su posible y futurible, participación como cooperante internacional en un país, de los conocidos como, tercermundista, siempre se ve rodeado de niños. Un trabajo muy agradecido y bien visto. Sonrisas, juegos y experiencias, únicas, llenarían los petates, cual suvenires, en el retorno a sus hogares. El voluntariado con niños es ese trabajo que, uno, muestra orgulloso, en foto, a familiares y amigos; a extraños y conocidos. Recuerdos, en imagen, que revelarían rostros con el expresivo..dejad que los niños se acerquen a mi.

Para intentar satisfacer mi, voraz, necesidad de realizar un trabajo multidisciplinar en lugares y tiempo diferente. Empecé a echar una mano en otro proyecto que la ONG Rasa Joven me ofreció. Su nombre, Casita de Madera. Una labor que trataría de acallar ese agujero negro que, a uno, siempre le incita a participar mas en la comunidad.

Este proyecto se encuentra situado en el sector de Villa de los Ángeles, perteneciente, si no estoy mal informado, al distrito de Huanchaco. Idea, de ya varios años, que, en forma de casa pre-fabricada, sueña día a día con ayudar, y empezar a escolarizar, a niños que difieren muy poco, a los que uno esta acostumbrado a ver en las escuelas y jardines de infancias, que no guarderías, del primer mundo. Como cualquier niño en esta edad, portan sus mochilitas, sus libros de trabajo y, como no, sus ganas de hablar con el compañero, en horario de 9 a 12.

Pero no solo la actividad se centra en facilitar el acceso del niño al derecho, universal, de educación. En este proyecto, el chico/a se convierte en puerta de entrada a su hogar, facilitando, así, el acceso, y posterior trabajo, a padres y madres, en ocasiones, faltos de información en lo relacionado con hábitos saludables, alimenticios, higiénicos y/o escolares.

Bien es cierto que mi labor, hasta hace pocos días, era excepcional y testimonial. El que escribe, se toma este proyecto como un  comodín, en el que desempeñar esas labores menos visibles y/o agradecidas; esas actividades que no salen en las fotos. En sitios como éste, siempre hay algo que hacer, y aunque no se trabaje directamente con los niños, no todo el mundo llegó de los primeros el día que se repartió la paciencia, se pueden realizar actividades que mejoran, de manera indirecta, el entorno y la vida del escolar. Son esos trabajos que dejan las vestiduras y el aspecto físico, para poco mas que la basura.

Aquí, un voluntario, puede destrozarse las manos y los riñones quitando del espacio de recreo, donde juegan los niños, innumerables piedras, de innumerables tamaños, que provocan en los niños, innumerables heridas. O, quizá, puede tomar un pequeño cuaderno e irse en las horas de mayor calor, como buen hombre de secano, creando una lista con nombres y edades de los niños, de dicha localidad, para los que tratar conseguir regalos en estos tiempos navideños que se avecinan.

Cuando se es conocedor de las realidades existentes por estos terrenos; Cuando uno comprende que hay diversas formas de vida, en ocasiones de subsistencia. Cuando uno valora, comprende, analiza y medita el significado real del término Globalización. Y finalmente, cuando, uno, tiene la suerte de vivir, durante cierto tiempo, fuera de la burbuja, nuestra burbuja, que a ti, a  mi, nos protege. Solo se es, realmente, conocedor, que este mundo, que esta experiencia, no puede silenciarse, no puede acabar en la frontera natural del Atlántico. Se ha de publicitar, se ha anunciar, se ha de notificar, para que, junto a un millar mas de se has, provoquen que al menos una sola conciencia se rebele.




Siempre dije y pensé, sobretodo en los próximos sorteos navideños que se acercan, esa frase de.. “joe…nunca me toca nada”. ¡Iluso! La mayor lotería de mi vida la gané hace ya 26 años. Sorteo que me permitió desarrollar, o cuasi desarrollar, todo mi potencial.

Porque una frase graciosa, en partes del mundos, se convierte en  verdad absoluta en otras.



“El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo”

Gabriel García Márquez, Escritor



Quizá todo esto sea solo literatura para enganchar a la gente a mi experiencia. Quizá todo esto solo valga para ganarme algún que otro "mierda un peor".  El caso es que he escrito lo que quería escribir


Haciendo el peor desde Huanchaco


Luis



P.D. Elegí esta canción porque, de un tiempo a esta parte, descubrí que lo único que nos diferencia del resto de individuos del planeta Tierra, es la suerte que tenemos al ver, por primera vez, la luz del Mundo.



domingo, 18 de noviembre de 2012

UN PERÚ EN LA MOCHILA




Supongo que aún es demasiado pronto para imaginar que tal, humilde, blog cuenta con seguidores acérrimos procedentes de las cuatro esquinas del mundo. Sé, que aquel lector a quien, este conglomerado de frases, le pudieran llamar la atención, han sido, quizá solo coetáneos en momentos puntuales de mi vida, son y serán parte de mi entorno cercano. Pero, por si hubiere algún/a curioso/a que, seguramente guiado por una mala escritura en Google, haya dado a parar con sus ojos en, éste, mi blog, me gustaría tener el placer de situarlo.

De nacionalidad española. Mi nombre es Luis, natural de Alcázar de San juan ,provincia de Ciudad Real, la cual, a su vez, se enmarca en la región de Castilla La Mancha. Mi localidad, o pueblo, es bien conocido como Corazón de La Mancha. Comarca caracterizada por sus grandes llanuras donde coexisten encinas y olivos, rodeados, como no, de extensos campos de vid. La climatología que, el manchego, puede experimentar alterna fríos y secos inviernos, con crudísimos verano. En un territorio donde las lluvias son, cada vez mas, escasas, no hace falta explicar lo de sus estériles ríos.

¿Por qué este preámbulo similar a una clase de geografía de quinto curso de colegio? Sencillo. Tengo mucho aprecio a las gente y a las tierras donde nací y me crie. Me siguen gustando los atardeceres a pies de Gigantes quijotescos. Incluso sigo apreciando el solano, viento típico manchego, que nos levanta y nos acompaña en esos arduos días veraniegos. Por no decir de su, hasta la fecha, casera y humilde pero, sin embargo, inigualable gastronomía. Pero, querido lector, yo soy de esas personas, algo raras, a las que les gusta ver la lluvia tras el cristal. Incluso podía afirmar que mis glándulas lacrimales tienen esa, extraña, sensación de querer dar a luz, cada vez que me encuentro un paisaje donde el verde y las montañas son la tónica habitual.

Durante el  largo trayecto de avión, fantaseaba sobre las plantas y animales exóticos que tendría la suerte de encontrar a mi llegada. Imaginaba que Huanchaco sería ese pueblecito del litoral pacífico, el cual, contaría, además, con  innumerables zonas boscosas y verdes, dignas de  documentales selváticos que todos estamos cansados de ver. Como dijo aquél, “sales de Málaga y entras en Malagon”. Aún recuerdo la decepción de los primeros días.

Su paisaje, a excepción de la socorrida y pedregosa costa, lo componían infinitas kilometradas amarillentas y, lo que es peor, secas. Con una humedad, en ocasiones, cercana al 80 por cierto, el jefe del Sistema Solar, se convierte en el enemigo público de la lechosa piel del europeo. Manadas de perros, callejeros, se enfrascan en sendas luchas, a muerte, por conseguir la escasa sombra que les ofrece el poste de luz o la marquesina de turno. ¿Esto es Perú? ¿Y lo verde? ¿Dónde están los enormes ríos con aguas turbulentas? Consejo para el futuro viajero, siempre se ha de mirar la situación geográfica donde se viajara, os ahorrareis sofocones similares.

Por suerte, y espero que al igual que el lector, provengo de la familia de los sapiens. Cuya característica principal, o al menos una de ellas, es la necesidad de curiosearlo todo. De este modo descubrieron el fuego, la caza y todas esas situaciones primigenias que se nos enseña desde sapiencitos. Así que junto a un grupo de congéneres, tratamos de escapar de la rutina huanchaquera, decidimos viajar, por los alrededores, con el objetivo de encontrar vida fuera de nuestro entorno.

Gracias a ese culo, o trasero, inquieto, dimos a parar con paisajes y situaciones mas acordes con mis esquemas iniciales. Encontramos, a 6 horas de distancia, Cajamarca. Ciudad inca, a 2.700 kilómetros de altura sobre el nivel del mar, donde el conquistador Pizarro atrapo y elimino al Inca Atahualpa, bla bla bla...Lo mejor de todo era que, ¡Llovia!, y de que manera. Hacía años que, mis ojos, no veían caer tanto flujo de agua en tan poco tiempo. Había vacas pastando por las verdes y escarpada laderas. Y aunque en ciertos momentos lo  pasamos mal por el frio, no vestíamos ropaje adecuado, era estimulante y novedoso sentir y respirar aire fresco, tan distinto al existente en la ciudad de la primavera  eterna.

Un entorno frondoso en el que perderse, mientras oscuras nubes van,  poco a poco, acortando el día mientras descargan, furiosas,  todo lo que tienen dentro de sí. Un terreno donde poner a prueba el calzado europeo; botas que, sin duda, no estaban hechas para esas vivencias. Al principio se es reacio a pisar aquel  charquito que dificultad el camino. Al final se termina orgulloso de cada gota de barro y suciedad, que, como muescas, dan importancia y credibilidad a  tan extraordinaria aventura.

Y no contentos con eso, a las pocas semanas, pudimos descubrir, a escasa minutada, un pedacito de verdadero desierto. Un paisaje, digno de latitudes saharianas, que había estado escondido ante nuestros ojos. Aunque el calor, como no, fue fiel acompañante, pudimos convertirnos en expertos chefs, rebozando nuestras magras carnes en una fina, crujiente y sabrosa capa de  arena. En paraje de tal belleza, como éste, si realizamos la ecuación: un peor inexperto + una tabla de sandboard + una duna enorme + ganas de hacer el tonto, tendremos siempre como resultado final algo parecido a esto…




Porque, es cierto que desde que tenemos uso de razón, tenemos esa necesidad, creo que innata, de querer ser poseedores de aquello que nos es ajeno o prohibido. Queremos tener entre nuestras manos ese juguete de aquel niño; el coche del vecino o esa novia/o de aquel chico/a. Siempre hemos escuchamos eso de “no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos”. Y quizá sea verídico. Pero, aún, sigo pensando que sería mas pintoresco, si Don Quijote mordiera el polvo en un cerro lleno de césped.

Esta es una pequeña parte de la inmensidad del Perú. Haces días  entendí que mi tiempo por aquí esta llegando a su fin. Tres meses es un periodo demasiado escaso para poder disfrutar de la selva, de la parte amazónica o del sureño Machupichu, si, suena a sacrilegio estar en Perú y no visitarlos. Tendré que volver. ¡Quién sabe que ocurrirá de aquí a unos meses!..

Quizá todo esto sea solo literatura para enganchar a la gente a mi experiencia. Quizá todo esto solo valga para ganarme algún que otro "mierda un peor".  El caso es que he escrito lo que quería escribir


Haciendo el peor desde Huanchaco


Luis


P.D. Porque esta semana descubrí que la canción que llevo cantando hace años, desde que el Daewoo nos permitió usar el CD en el coche, trata sobre una mujer peruana. Lo que son las cosas…Así que Joaquín Sabina se la tenía que ganar esta semana...



domingo, 11 de noviembre de 2012

PROYECTO I: PUESTO DE SALUD


Semanas, hace ya, que vengo escribiendo acerca de algunos sucesos acontecidos en Huanchaco y alrededores. Es gratificante acercar, al lector, mis vivencias anecdóticas, en forma de robos evitados, accidentes de tráfico futuribles o de nostalgias y melancolías pasajeras. Pero creo que, haciendo un inciso y sin que sirva de precedente, debería escribir, aunque solo sea de forma resumida, sobre algunos de los proyectos que estoy llevando a cabo por estas tierras. De esta forma, sería justo conmigo mismo y con el fin último de este, intento de, blog

Así que, sintiéndolo mucho por aquel lector que solo este interesado en las vivencias superficiales de quién escribe, hoy os hablaré acerca de uno de los proyectos que, hasta la fecha, me hacen sentir un voluntario productivo: El Centro de Salud, acá Posta, de Huanchaquito. Y, antes de empezar, me gustaría agradecer a mi compañera, voluntaria canaria ella, la doctora Dara y al resto de profesionales del centro, el simple hecho de haberme dejado ser parte de este proyecto.

Huanchaquito, una de las municipalidades mas humildes del distrito de La Libertad, cuenta con un Centro de Salud encuadrado en un sistema peruano de salud, algo complejo y, en ocasiones, falto de cierto recursos básicos. La figura del SERUM, universitario recién finalizado que ha de estar un año en prácticas para obtener cierta experiencia, es una de las mas comunes y activas del centro, no en balde, son los encargados, al igual que sucede en otros lugares del mundo, de realizar aquellas acciones que al resto de profesionales le producen cierta pereza, acá flojera, desempeñar. A excepción, claro esta, del multiusos trabajador social.

Durante nuestros años de instrucción como trabajadores sociales, el profesorado nos alerta, sobre el hecho, que nuestro futuro laboral, si es que algún día lo hubiese, se enmarcaría en un despacho repleto de expedientes a los que malhacer frente por falta de tiempo. Un habitáculo que, cual prisión, nos iría absorbiendo el alma, y entusiasmo, en horario de 8 a 3; además, claro está, de dejarnos cierta sensación de culo tieso o aplanado tras pasar largas sesiones de trabajo frente al ordenador, mis sinceras disculpas al lector peruano quédese mejor con trasero o poto.

Una preparación en la que nos relataban historias sobre un pasado, no tan remoto, donde el profesional, de lo social, se recorría la calle, visitaba domicilios y conocía los quehaceres diarios. En definitiva, se encontraba cerca del sujeto, de su realidad y quizá también de su problema. Y supongo que ese cuento nos hacía soñar a todos.

Pues bien, a pesar de encontrarme a un océano, y medio continente, de distancia, de la Universidad Complutense de Madrid, creo que di con ese paraíso. Un terreno, a priori inhóspito, donde uno puede sacar a la luz, en forma de proyectos o talleres, toda esa creatividad y formación adquirida durante esos años de estudio y preparación. Un lienzo en blanco donde plasmar aquellas pinceladas que, uno, va imaginando mientras escucha pesados monólogos del profesor de turno.

En sitios como éste uno descubre que, a pesar de ser un recién nacido en la profesión, ya está oxidado. Entonces recuerda, con cierta sonrisa irónica, la valía profesional de sus clases de Derecho, de Filosofía o Economía. Y agradece, en gran medida al peor de Nito, haber aterrizado en estas latitudes.

Isabel, la trabajadora social SERUM del centro, tiene vía libre para realizar un sinfín de talleres informativos. Proyectos de Sectorización donde, el profesional de turno, se recorre media localidad, puerta por puerta, con el fin de obtener ciertos datos con los que rellenar su ficha social. Información que oscila desde hábitos alimenticios, tan banales para algunos, hasta ingresos económicos, pasando, claro está, por los sujetos que componen el núcleo familiar. Porque aquí el trabajador social no espera a que el problema venga a verle.

En Perú, al menos en este centro, existe cierta coordinación entre  profesionales. Un trabajo, en equipo, que provoca que varias disciplinas de la salud sean participes de las innovaciones del trabajo social. Porque aquí el trabajador social no es el último eslabón de la cadena sanitaria.

En estas tierras, la mañana puede comenzar visitando hogares donde residen ancianos, aconsejándoles acerca de ciertos hábitos saludables, y puede concluir junto a médico y veterinario participando en una campaña de desparasitación de perros, domésticos y/o callejeros. Porque aquí el trabajador social ayuda a prevenir problemas comunitarios.




Bien es cierto que, por esta parte del mundo, también el asistente social es el encargado del, tan odiado, papeleo, en especial en lo referente a seguros sanitarios; y su salario, al igual que el del resto de compañeros sanitario, no es equiparable a lo que, uno, puede obtener por la misma labor en un lugar, hasta hace poco, del primer mundo como España. Pero supongo, y estoy seguro de ello,  que sus pagas extras son escuchar, tras finalizar su labor, frases del tipo “que Dios bendiga tu camino y el de los tuyos”. Porque ya lo decía el psicólogo y padre de la Teoría Humanista


“Me siento conmovido y realizado cuando entreveo el hecho, o me permito la sensación, de que a alguien le importo, de que me acepta, me admira o me alaba”
Carl Rogers 


Quizá todo esto sea solo literatura para enganchar a la gente a mi experiencia. Quizá todo esto solo valga para ganarme algún que otro "mierda un peor".  El caso es que he escrito lo que quería escribir


Haciendo el peor desde Huanchaco


Luis



P.D. Simplemente porque fue mi despertador durante estos ultimos dias…la cancion de la semana va para..



lunes, 5 de noviembre de 2012

LA CALIDAD NO ES CARA





¿Cuánto cuesta vivir en Peru? Antes de que salga la típica vocecilla agorera, desde la oscuridad, con su clásico “depende de lo que te quieras gastar”, avisaré que estos precios, aproximados, son los que un servidor se ha encontrado a lo largo de estas semanas. Y para ser mas concreto, precios acontecidos en su mayoría en las localidades, aquí municipalidades, de Huanchaco y Trujillo. También seria conveniente recordar que los precios pueden verse alterados por el “canon al gringo”, suma extraordinaria que se cobra por aquí, cual impuesto revolucionario, por el mero hecho de ser un  carapalida.

Para ser sincero, no es que haya venido hasta aquí para hacer la “Guía Gourmet 2012: Perú”. Con esto tampoco quiero decir, que quién escribe se encierre en su habitación y no viva la experiencia. Soy consecuente con el dicho español “allí donde fueres haz lo que vieres”.

El lector puede comprobar gracias a los buscadores de internet la equivalencia diaria del euro respecto al sol. Hace unos dias, que precisamente fui a cambiar, 1 euro se encontraba a 3,26 soles. Pueden empezar a hacer cálculos con los posibles ahorros guardados en el cerdito rosa de turno.

Empezaré por lo que interesa, principalmente, a toda madre, la comida. “¿A cuanto está la comida?” Digamos que no he cocinado mucho por aquí. Vine con la intención de convertirme en un fummun vendidi, vendedor de humo, argumentando ser fiel televidente del programa de Karlos Arguiñano. Me choqué con la cruda realidad peruana. Realidad que ofrecía menús de 2 platos y un vaso de zumo, acá jugo, por 5 soles (1,60 euros). Afronté que mi potencial culinario no podía competir con el escaso precio de la comida preparada. Otro hecho que tampoco ayuda, es el costoso precio del principal protagonista de nuestra querida cocina mediterránea. Aquí  se transforma en un lujo solo al alcance de las castas dominantes, ½ litro del aceite de oliva, siempre el mas económico, nos sale en torno a 15 soles (5 euros). Por poner ejemplos claros, y no estirarme tampoco mucho en algo que apenas puede tener interés. 1kg de pasta 1.50 soles (0.40 euros); 1 kg de azúcar morena 3 soles (1 euro); 1 pechuga entera de pollo 9 soles (3 euros) o 1kg de tomates 1,50 soles (0.40 euros).

Después de este contacto inicial, me gustaría dar algo de envidia a aquel lector que, arropado por el anonimato de quien lee en solitario este blog, pueda considerarse así mismo como un “tajas”, “borracho de fin de semana” o simplemente se considere miembro del club “me gusta una gotilla”. Pues bien, como vivo en un lugar de costa y muy turístico, donde la raza guiri es predominante, era y es necesario bares con el clásico happy hour, donde un sinfín de licores y/o cocteles: mojitos, capirinhas, pisco sour, cuba libres, etc. son ofertados con la estimulante oferta del  2x1, así que tomando la calculadora, obtenemos que el  módico precio de 12 soles (4 euros) uno puede degustar un apetecible combinado a orillas del Pacifico. Al amante de las cervezas, para los mas malotes zumo de cebada, hay que destacar las clásicas Trujillo o Cusqueñas de 650 ml por 5 soles (1,50 euros).

Una vez saciado el conocimiento, de aquellos cuya filosofía de vida se pierde  en el finito mundo de la copa. Os informaré sobre el coste del transporte por aquí. Esta sección irá dedicada al lector madrileño, residente o autóctono. Un billete de autobús, bien es cierto que son algo distintos que por allí, ronda entre 1 y 1,50 soles, es decir, que te puedes mover de punta a punta de Trujillo, 3ª ciudad mas grande de Perú, por escasos 0,45 céntimos de euro. Supongo que hace décadas que un billete de Metro de Madrid dejo de costar eso. Otro medio de transporte que, en particular, se echa de menos es nuestro querido tren, aunque, bien es cierto, que lo suplen, y de que manera, con sus servicios de autobuses de larga distancia. Pudiendo encontrar varios tipos.

El servicio económico, conocido en el argot como autobús de la muerte, ofrece billetes ideales para aquel mochilero que piensa en recorrerse media América del Sur por apenas 14-20 soles, en trayectos de 6 a 9 horas (3,50 – 6,50 euros). En ocasiones uno puede tener la fortuna de compartir viaje con gallinas o grandes roncadores; Para la gente medio acomodada, las empresas de viajes, nos ofertan sus cómodos autobuses semi-cama y cama, donde por 70-130 soles (20-40euros), podemos disfrutar, durante trayectos de 8,9 y 21 horas, de asientos que reclinables de hasta 180 grados, donde una agradable azafata nos ofrecerá servicio de desayunos, comidas y cenas a bordo.

Pero, para el que escribe, sin duda alguna, lo mejor de salir ganando con el cambio de divisa, es la extraña sensación  de llegar a casa, después de consumir todo lo anterior, y pensar en que comí, viaje o visite una ciudad, por menos de un tercio de lo que me costaría en España.

Y es que ya lo anuncia una compañía alemana de supermercados...la calidad no es cara


Quizá todo esto sea solo literatura para enganchar a la gente a mi experiencia. Quizá todo esto solo valga para ganarme algún que otro " mierda un peor".  El caso es que he escrito lo que quería escribir


Haciendo el peor desde Huanchaco


Luis


P.D. Porque el sábado pasado me acorde de Javi Conde al escuchar en un bar 6 canciones seguidas de un grupo mítico...la canción de la semana va a parar..