Los estereotipos, o juicios de valor, son aquellos
pensamientos que, movidos por el desconocimiento, el miedo o la autodefensa, sacamos
a la palestra con el único fin de experimentar cierta superioridad, en la
totalidad de los casos inexistente, frente al sujeto en cuestión. Dichos
sentimientos se pueden ver acrecentados por numerosas variables. Infinitos y
vanales motivos que trasforman la figura del igual en persona non grata, invisible
y digna de rechazo. Colores de piel, vestimenta, lenguajes, étnias, situaciones
geográficas…degradan a la altura mas ínfima, a una de las mayores excelencias
de la evolución animal, el hombre.
Hoy, y para terminar estas entradas relacionadas con
la labor que he estado realizado, hablaré sobre el último proyecto en el que
trato de arrimar el hombro; dicha actividad tiene por protagonistas a, según estereotipos y prejuicios, lo peor de lo peor de Trujillo. Este es
el proyecto que inicialmente iba a desarrollar en mi estancia peruana. Hoy,
quien les escribe, hablará sobre “PISTA
DE BAILE SIN VICIOS NI BASURAS”.
Para situar al lector, y hacerle conocedor, de la
actividad. Destacar que el proyecto busca desarrollar las capacidades
artísticas y empresariales de un grupo de jóvenes, que mediante el baile, en su
modalidad de Break Dance, tratan
de esquivar situaciones de cierto riesgo
social. Un sueño que, en palabras de la coordinadora, se inició
hace ya mas de un decenio.
A cualquiera que conozca a este, intento de,
voluntario, rápidamente le surgirá cierta confrontación de ideas.
Contradicciones, al asociar la actividad de baile con mi persona. Podrán surgir
ciertos comentarios jocosos e incluso se podrán hacer hipótesis acerca
del hecho de si una escoba es capaz de mover algo mas la cintura. De hecho, aun sigo recordando
ese “mierda, ¿que tratas de hacer?” que
vino a mi mente, en el mismo instante, cuando trataba de hacer mis primeros
pinitos en el mundo del break.
Inicios en el baile que, por suerte para mi físico, durarían poco; así que no
esperen ningún tipo de piruetas a mi vuelta.
Bien es cierto que mi labor con ellos, en ocasiones,
ha sido testimonial. Supongo que, hasta cualquier parte de este, globalizado, mundo
llegan las zarpas caprichosas del temido señor Don Dinero. Una ausencia económica,
tal, que provocó que se quedarán en el tintero innumerables talleres y
actividades que, quizá, me hubieran hecho desempeñar una labor mas
prolífica.
Asi que, después de todo esto, el lector, a veces
curioso, se pregunte, ¿de que sirvió tu estancia entre ellos? Es probable que,
con el paso del tiempo, para ellos solo fuera ese gringo alto y barbudo que,
calentando una silla, acudía a verlos ensayar. Quizá, con los meses me
recuerden, vagamente, como aquel Lucho o
“gilipollas gilipollas”, disculpen la expresión. Sin embargo, a mi, me
ayudó a llenar, un poquito mas, si cabe, mi casi repleta mochila de
experiencias.
Quien escribe
no es bailarín; quien escribe no es crítico de baile; quien escribe apenas es
capaz de bailar, a ritmo de Paquito el
Chocolatero, hacia delante y hacia atrás. Quien escribe, solo, es un
trabajador social que trata de conocer las realidades sociales que percibe.
Unos chicos que pudiendo haber elegido un camino mas acorde con sus entornos,
en ocasiones complicados, decidieron hacer del baile un estilo de vida; de un
grupo de amigos su familia.
El espectador, en sus ensayos o actuaciones, puede
presenciar saltos, acrobacias, piruetas, movimientos acompasados por la música.
A ojos del trabajador social, o de cualquier persona que este dispuesta a
observar, se ven lazos de unión, saludos afines, empatías mutuas, situaciones
cómicas e, incluso, insultos graciosos, que provoca que, en un grupo de amigos, se vayan forjando los vínculos propios de una familia. Donde un brillo de ojos distinto, un gesto fácil poco habitual o unos pasos de baile poco comunes, pueden ser señales de problemas personales. Pilares
donde sostenerse cuando las cosas no van bien. Y, si bien es cierto, a
todos nos suceden penurias, esos si, puntuales,
por aquí la tristeza y la necesidad tienen ese, extraño e ingrato,
objetivo de querer ser siempre las protagonistas principales.
Cuando, dentro de un tiempo, recuerde a estos dreakdancers; a esta familia procedente,
según los propios trujillanos, de la peor parte de la ciudad, siempre los
recordare con una sonrisa en la boca,
rememorando la frase que uno de ellos me dijo “nos gustan los voluntarios como tú, porque vienen acá portando su
corazón humilde”. Y, a menos que alguien la supere, será la frase mas
bonita que mis oídos nunca escucharon.
“Todo el
mundo tiene talento, solo es cuestión de moverlo”
George Lucas, Director de Cine
Siempre me enorgulleceré de haberlos conocido.
Porque ustedes tienen mucho mas talento del que el, ciego, espectador ve en las
piruetas.
Quizá todo esto sea solo literatura para enganchar a la gente a mi
experiencia. Quizá todo esto solo valga para ganarme algún que otro "mierda un peor". El caso es que he escrito lo que quería
escribir
Haciendo el peor desde Huanchaco
Luis
P.D. Porque fue y es una de las canciones mas bailadas en los
ensayos...y aunque ellos no sepan que el mejor café se bebe aquí en Perú, la
canción de la semana va para…
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