Me toca volver a escribir, aun no se porque
me auto-impuse el hecho de escribir cada tres o cuatro días. Supongo que es
demasiado estimulante, el pensar, que quizá le pueda interesar a alguien todo
esto. El caso es que estando medio adormilado en mi cama, veía como se acababa
el plazo para entregar, como si aun estuviera en el colegio, y tuviera que
presentar mi última redacción.
Hoy decidí hablar, seguro que algún lector
puede estar empachado de este tema, sobre el Barcelona-Real Madrid de esta
semana. No creo que sea muy original escogiendo esta temática, imagino que
medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales, habrán exprimido hasta
la última gota exprimíble de este clásico enfrentamiento. A mi me gustaría
ofrecer el punto de vista del aficionado que ha de vivírlo desde la distancia
¿Qué me pareció el partido? No se por donde
comenzar, si por el principio o por el fin, aunque a decir verdad, son una
misma cosa. No lo vi. Tuve, por primera, vez noticias de él, cuando estando en
una feria de artesanía un vendedor dijo aquello de “¿De donde sos?...ah! España.. .¡Buen partido hoy!...Un empate muy
lindo..2 goles de Messi y 2 de Ronaldo” Mi respuesta fue instantánea: “ok…¿Cuanto cuesta este poncho?”
Para ser sinceros creo, desde que tengo uso
de razón, es el primer enfrentamiento Barcelona-Madrid que dejo de ver. Y no es
que no tuviera opción, creo que de haber buscado el modo, lo hubiera conseguido...
Si, puede parecer un sacrilegio, incluso en otro tiempo para mi también lo
habría sido, pero supongo que aquí se vive en una especie de burbuja, de la que
uno no puede o no quiere salir. En otro tiempo, habría estado nervioso a medida
que los días me acercaban al encuentro. En otro tiempo, habría realizado mi clásica
previa, donde uno se empieza a
envalentonar contra el rival, visualizando partidos históricos repletos, en mi
caso, de madridismo. En otro tiempo, habría estado preparando una semana, una
situación de apenas 90 minutos. Pero, amigo lector, aquí todo es diferente.
En Huanchaco, donde el que escribe reside, la
vida es distinta, supongo que parecida a la España de la década de los 80 y 90
del anterior siglo XX. Por aquí, y por suerte, aun está desterrada, a mucha
distancia, la tecnología. Esa tecnología de la que el extranjero se siente tan
orgulloso y, la cual, le hace creer que ser un espécimen mas avanzado que el
resto. En esta tierra, he vuelto a tener el lujo, de utilizar un teléfono cuya aplicación
mas interesante es una linterna que apenas alumbra a un milímetro de distancia.
Por aquí, aún hay gente que elige apalabrar el lugar y el sitio de sus
reuniones con un día de antelación, confiando en el buen hacer del resto y/o en
la creatividad de sus excusas. En el pueblo donde vivo, las televisiones se
utilizan, como ese objeto al que se da vida cuando no hay nada mejor que hacer.
Porque aquí, uno puede tener la suerte de encontrarse con automóviles que se
creían extintos. Ayer mismo, pude reencontrarme con un Renault 4, como el de mi
abuelo, con el que unos argentinos tenían como objetivo atravesar todo el
continente, desde su país, hasta si no recuerdo mal, México.
Siempre me tuve como alguien a quien no le
importaba en demasía las nuevas tecnologías, quizá por ser conocedor de esa
frase que me persigue desde hace tiempo “Luis,
hay dos tipos de hombre, los manitas y los manazas. Tu eres de estos últimos”
O quizá, por pensar, que el ser un abanderado de la antitecnología hacía a uno
distinto del resto, aunque en la solitaria realidad, fuese un consumista mas.
He descubierto, por mi actual situación, que hay una vida real mas allá de la
televisión, llevo casi tres semanas sin consumirla; He descubierto que aun hay sitios donde las
personas se reúnen en torno aun teléfono, y no los teléfonos en torno a
personas. Incluso aquí, uno, empieza a dar valor al poco frecuente hilito de
agua caliente que sale de la ducha, porque si, aquí las duchas son duchas.
Y los mas curiosos, se preguntaran, “a todo esto…¿Qué otra cosa hiciste para
perderte un partidazo como el de ayer?” Un Luis pretérito habría contestado…”me engañaron y fui a ver cuatro paredes de
barro”. El Luis de ayer pudo observar las ruinas de Chan Chan, una ciudad
creada a base de barro compactado, que tiene una antiguedad de 1.100 años aproximados. Un asentamiento que
albergó a la rica y local cultura Moche, pueblo que existió por estas tierras
hasta la invasión de la cultura Inca, y es que ya lo dice el dicho “quien a hierro mata, a hierro muere”.
Tras este último párrafo puede haber algún lector
reflexionando, acerca de un posible y mas que probable cambio en mi
personalidad. Un nuevo Luis, trascendental y filosófico, que esta tratando de
abrirse camino ayudado y animado por esta experiencia. Para tranquilizar a toda
aquella persona que por un momento lo pueda o haya podido pensar…
“Porque la cabra
siempre tira al monte..”
Quizá todo esto sea solo literatura para
enganchar a la gente a mi experiencia. Quizá todo esto solo valga para ganarme
algún que otro " mierda un peor".
El caso es que he escrito lo que quería escribir
Haciendo el peor desde Huanchaco
Luis
P.D. La cancion de la semana….y sintiÉndolo
mucho….por ser la única canción española que escuche hasta el momento, y por
consiguiente la única de la que conocía parte de letra es para…
Me he enganchado al blog, me lo he leido hoy entero.
ResponderEliminarPasalo bien y ten cuidado por ahí!!!!